La Virgen de LLactabamba, recorre la Plaza de Cabana y después es trasladada por sus devotos a su Capilla. Este año una comparsa de 37 diablos rompió con la tradición.
18 de nov. Fiesta de la Virgen de Llactabamba-Cabana. Desde el 12 de este mes la Virgen de Llactabamba, un lugar situado a las orillas del río del mismo nombre, llegó a la ciudad de Cabana para recibir el homenaje de toda una población. Por más de seis días se realizaron los santos rosarios a cargo de sus devotos.
Pero este jueves 17, se rompió la tradición. El prioste de La Llevada, Francisco Gonzales Miguel preparó una comparsa de más de 37 Diablos que recorrieron la Calle Grande y los distintos barrios. Este festejo, inusual para esta festividad, deleitó a la población con sus atuendos horripilantes, sus pasos apurados y una serie de juegos maléficos que pusieron en apuro a las muchachas del pueblo. Cuatro chirocos avivaron la presencia de Los Diablos, desde aproximadamente las 2 p.m. hasta las 6 p.m.
El día del retorno, 18 de noviembre, los feligreses se concentraron en la iglesia matriz. A las 9 a.m. el padre Arturo Aquino celebró la solemne misa y aprovechó la prédica para precisar que la danza de Los Diablos no debe exhibirse posteriormente, pues la población en su totalidad no lo ha visto con buenos ojos. Incluso la mayordoma de la Virgen Alicia Vargas mostró su desagrado por este baile. Es la primera vez que sucede este hecho en la fiesta de La Virgen.
En otros años, Los Diablos danzan cuando la Virgen retorna a su capilla, pero lo hacen en Llactabamba y es presentado por los habitantes de Hualalay.
Sin embargo la alegría se complementó con la presencia de dos “Toros de trapo”, ambos con sus respectivas mojigangas.
Terminada la misa, la imagen salió en procesión por el perímetro de la Plaza Principal, luego tomó el rumbo de la calle Lima. Más de 300 personas la acompañaron hasta La Cruz Misionera. Adultos, jóvenes, adolescentes y niños de la institución inicial alzaron sus oraciones y la despidieron con sonoros aplausos.
La Virgen continuó su peregrinaje, junto a sus devotos y muchos feligreses. A las 12 llegó a Llactabamba en medio de la alegría de los pobladores de esta zona, de Hualalay, Matibamba, Tiñayoc, Alamball, Conllata y Aija. Se celebró otra misa, se compartió el almuerzo ofrecido por los devotos y los toros de trapo se exhibieron en sendas jugadas para alegría de los asistentes.
Muy entrada la tarde los fieles retronaron a Cabana.
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